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Telegramas de deseo a Sanaá; de Abd Al-Aziz Al-Maqalih

He aquí otra de las cosas que uno se encuentra en una antología de poesía árabe. La verdad es que me encanta este poemita, sobre todo donde el "me dijiste una vez"... Espero que lo disfrutéis o algo. Si no os gusta, siempre podéis quemarnos el blog :D





TELEGRAMAS DE DESEO A SANAÁ

Todos los días,
cuando me quedo a solas conmigo mismo
y tiro su equipaje,
cuando hago las maletas sobre las naves de los recuerdos,
te veo surgir en mis venas, como sangre,
como árbol, en mi sangre.
Veo que se va deshaciendo
el muro que cercaba y separaba lo que había entre nosotros,
nuestros brazos se encuentran,
y nuestros cuerpos se lanzan a abrazarse.

La tierra es la patria del poeta.
Su poema es el rostro del cielo.
Los mares, las ciudades de sus ojos.
-¿Fueron sinceros?
-No.
Desde que se ausentó tu rostro tras el humo de la desgracia,
sin patria me quedé
bajo el rostro del cielo,
sin patria osbre los mares.
Provocativa, irrestañable, tu herida yemení
fue, seguirá siendo,
la patria.

Me dijiste una vez
que era mucho más grande tu fuego que sus bocas,
que tu anhelo de agua
era más vasto aún que el deseo de la arena.
¿Qué ha podido pasar?
Las brasas están a punto de consumirse,
las arenas se arrastran sobre el cuerpo de sediento semblante.
Pero tu corazón está donde braman los mares profundos,
donde brama los vientos plenos de fuego.
Este corazón tuyo que me dijiste un día que moriría,
y seguirá siendo joven
y duro,
inmortales sus fuegos.

Estemos cerca, lejos.
Estemos lejos, cerca.
Me consumí...
Desde que tu cercanía es lejanía,
y lejanía tu cercanía.
Desde que no aguanta mi sangre el estar separados
ni acepta mi corazón estar sin tí.

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