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Jorge Luís Borges; El idioma analítico de John Wilkins

"Ya definido el procedimiento de Wilkins, falta examinar un problema de imposible o difícil postergación: el valor de la tabla cuadragesimal que es base del idioma. Consideremos la octava categoría, la de las piedras. Wilkins las divide en comunes (pedernal, cascajo, pizarra), módicas (mármol, ámbar, coral), preciosas (perla, ópalo), transparentes (amatista, zafiro) e insolubles (hulla greda y arsénico). Casi tan alarmante como la octava, es la novena categoría Esta nos revela que los metales pueden ser imperfectos (bermellón, azogue), artificiales (bronce, latón), recrementicios (limaduras, herrumbre) y naturales (oro, estaño, cobre). La belleza figura en la categoría decimosexta; es un pez vivíparo, oblongo. Esas ambigüedades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas paginas esta escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados , (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas. El Instituto Bibliográfico de Bruselas también ejerce el caos: ha parcelado el universo en 1000 subdivisiones, de las cuales la 262 corresponde al Papa; la 282, a la Iglesia Católica Romana; la 263, al Día del Señor; la 268, a las escuelas dominicales; la 298, al mormonismo, y la 294, al brahmanismo, budismo, shintoísmo y taoísmo. No rehusa las subdivisiones heterogéneas, verbigracia, la 179: "Crueldad con los animales. Protección de los animales. El duelo y el suicidio desde el punto de vista de la moral. Vicios y defectos varios. Virtudes y cualidades varias".

He registrado las arbitrariedades de Wilkins, del desconocido (o apócrifo) enciclopedista chino y del Instituto Bibliográfico de Bruselas; notoriamente no hay calcificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos que cosa es el universo."

Carmen Martín Gaite; Entre Visillos y Juan Ramón Jimenez

He aquí una entrada a medio de enseñar unos versos y enseñar un libro. Pero cada vez que leo este fragmento, no puedo evitar la sensación de estar completa, completamente de acuerdo con Elvira:



"Me puse a hojear un libro que tenía allí en el suelo. Ella se incorporó después un poco.

-¿Le gusta Juan Ramón?

-¿Quién?

-Juan Ramón Jimenez, el autor de esas poesías.

-Ah, ya. No lo conozco.

-¿Es posible? Déjeme, por favor, un momento -dijo, quitándome el libro y buscando una página-. Es un poeta descomunal. Escuche esto:

Mis raíces, qué hondas en la tierra,
mis alas, qué altas en el cielo,
y qué dolor de corazón distendido.

Lo recitó sin leerlo, aunque tenía el dedo en las líneas, con voz emocionada. Al acabar no sabía si mirarla o no, porque me pareció que el poema iba a ser más largo y estaba esperando a que siguiese.

-Es espléndido -dijo- poder decir una cosa así, ¿no cree?"


Y como estamos con Juan Ramón Jimenez, he aquí otro poema tan corto como genial:

CANCIONCILLAS INTELECTUALES

No sé con qué decirlo,
porque aún no está hecha
mi callada palabra.