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Antonio Gala; ¿Por qué corres, Ulises?

(Tararea una nana. ULISES se queda dormido. Ha aparecido EURIMEDUSA, acechante, con un uniforme de cocina, un delantal y un cuchillo en la mano.)

EURIMEDUSA.- ¿Se durmió?

(NAUSICA le hace un gesto de silencio)

NAUSICA.- (Avanzando) Si. Menos mal. También yo tengo, de cuando en cuando, derecho a descansar. Estando él despierto no hay manera.

EURIMEDUSA.- Los hombres son todos unos petardos. Guapísimos, pero petardos... (Por la habitación.) Ya ves que orden de casa. No se puede ni arreglar la habitación. Antes, por lo menos, hacías el amor y eso salías ganando, pero lo que es ahora... Hablar, hablar y quedarse dormido. ¿Cuándo limpio yo el polvo?

NAUSICA.- (Desganada.) Más polvo había antes. No gruñas... (Con naturalidad.) o te mando al Erebo,, hijo del Caos y hermano de la Noche.

EURIMEDUSA.- (Asustada.) ¿Qué?

NAUSICA.- ¿Ves? Ya me está contagiando sus manías. Habla él y me pone la alcoba perdida de dioses y centauros.

EURIMEDUSA.- Lo que inventan para llamar la atención. Qué presumidos, madre.

NAUSICA.- Si se come un conejo es porque Palas Atenea se lo puso delante. Si se descuerna contra una roca es porque Poseidón le tomó antipatía. Si lleva veinte años haciendo el gamberro fuera de casa es porque dejó tuerto de su único ojo a Polifemo, que también hace falta mala sangre... (Pequeña pausa.) Me aburro, Eurimedusa... No, no me aburro.

EURIMEDUSA.- (Que ha dejado el cuchillo y se ha puesto a limpiar.) ¿No le gustaba el mar? Pues que se vaya a Ítaca con viento fresco. O a donde sea.

NAUSICA.- Es que lo quiero aún. Es un pesado, pero lo quiero. Me ha contado ya tres veces la Ilíada, cada vez de una forma diferente: lo que no cambia es que él se pone siempre de protagonista... Pero lo quiero. La Odisea me la sé de memoria: si él se equivoca, y le sucede con frecuencia, lo corrijo... Pero lo quiero. Ningún hombre, hasta ahora, me inspiró lo que Ulises: ternura... No hay nadie que suscite más ternura que un héroe cansado.

EURIMEDUSA.- Pues aguántate entonces. Todos estos que vienen de la guerra, vienen así: pidiendo una enfermera a gritos. Les digas lo que les digas, te habla sólo del frente.

NAUSICA.- (En lo suyo.) Ya ves qué general en jefe: sin ejército, sin barcos, sin un mal uniforme, sin otros enemigos que los que él se imagina... Pero lo quiero.

EURIMEDUSA.- Lo que a mi me parece, si te digo mi verdad, es que Ulises ha sido toda su vida un chulo.