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A un mal predicador; Jovellanos

Quería poner algo decente de Jovellanos, tan excelso autor de nuestra lengua. Sin embargo, había olvidado lo básico: es del s. XVIII, un ilustrado. En el XVIII, las metáforas dejan de usarse, se busca la claridad y el enseñar... Y claro, eso deriva en una de las etapas de literatura más coñazo. Aún así, rebuscando, este poemilla me ha hecho gracia. Es sólo imaginarme a un cura de nariz ganchuda indignándose en el púlpito contra cómo visten las muchachas y se me escapa la sonrisa. Os lo dejo aquí, aunque sea un magro post y una cuestionable obra literaria. Comprendednos: hay exámenes.

A UN MAL PREDICADOR

Dijiste contra el peinado
mil cosas enardecido,
contra las de ancho vestido
y las de estrecho calzado,
por eso alguno ha notado
tu sermón de muy severo;
pero que se engaña infiero,
porque olvidando tu oficio,
sola la virtud y el vicio
te dejaste en el tintero.

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