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De la ceniza volverás - fragmento

Os dejo con un fragmento de uno de los relatos en los que estoy trabajando. Si de momento no lo cuelgo entero se debe, entre otras cosas, a que estoy planteándome presentarlo a un concurso. Se basa en el monólogo de alguien con otro alguien que, se insinúa, es un fénix atrapado bajo las cenizas. Todos los párrafos, donde va analizando sus sentimientos y lo sucedido, terminan con la misma promesa: "de la ceniza volverás". Que, además, es el título de un libro de Ray Bradbury. A ver que os parece. Este es el 4º párrafo donde, tras hablar de cómo construyó su propia pira, se llega al fuego que le consumió:

(...) Vi lo que pasó, lo vi y me dolió tanto como a ti que lo sufrías. Estabas sobre tu torre de madera y no se te ocurrió que podía arder o derrumbarse o ambas cosas a la vez. A mí tampoco. Pero lo hizo, ardió y se derrumbó. Lo más notable fueron las llamas: aquel horrible fuego que, a base de ennegrecer, mataba; el causante de las cenizas que te encadenan. Fue horrible. Debió serlo para que a mí, con solo verte, me doliese en tu dolor. Las llamas se comieron la madera, la pira, te comieron la piel a base de ardores. Se tragaron incluso las flores, las pobres, en el fondo no eran nada más que decoración. Sí, las flores. Devoraron hasta las nomeolvides, y se fueron, con un solo quejido azul, sus pétalos azules y sus olores azules y sus sombras azules que prometían eternidad. Eran ceniza, o quizás no, pero en ceniza se convirtieron. Aún entonces lo pensaba, qué habías de volver. Decirlo, sin embargo, era imposible con el fuego desatado, con la garantía de la ceniza. Hubiese sido inadecuado, improcedente, y yo, atenazado por tu mismo dolor, era incapaz de coger aire para insistir en mi promesa. Ahora, en cambio, sí que puedo, fíjate: volverás. De la ceniza de tus obras, de las cenizas de nomeolvides, maderas e incienso, de la ceniza volverás. (...)"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo decirlo. Para empezar, ya el juego alegórico-mitológico del texto es un simple guiño hacia el uso del lenguaje adjetivado y específico que siempre encuentra la forma de desmenuzar la situación hasta lo más puro y, a la vez, esconderlo entre las metáforas de las que a veces, se dice se abusa pero que sin duda embellece y enriquece de aquella manera tan artística el texto.
Estamos condenados Andrés, de ninguna manera podemos retomar la época más repudiada del arte: el barroco; a esta era post-moderna (y yo que sigo escribiendo post con "t" al final).

Almijara.

Emilia O dijo...

Ah, mi querida Almijara... Los postmodernos (yo también uso la t; llámame retro, pero el latín se merece un respeto) se lo pierden si no quieren usar cadenas de 12 adjetivos o más y metáforas elaboradas.

Pero en fin, me gusta como queda el relato al completo, por mucho que sea un conjunto de metáforas más o menos bellas. Recuerdame, si eso, que te lo pase para que puedas leerlo entero.

Andrés